La piel seca es un problema común en el que la piel pierde su capacidad natural de retener la humedad. Puede ser causada por factores externos como el clima frío o seco, la exposición excesiva al sol o el uso de productos de cuidado de la piel que eliminan los aceites naturales de la piel. La piel seca puede sentirse tensa, áspera y con picazón, y puede ser propensa a la descamación y las arrugas. Para tratar la piel seca, es importante hidratar la piel con regularidad y usar productos de cuidado de la piel diseñados para piel seca, que contengan ingredientes humectantes y emolientes para restaurar la hidratación natural de la piel. Además, es importante evitar el uso de productos que puedan empeorar la sequedad de la piel, como jabones fuertes o exfoliantes abrasivos.